Escribió Orwell este libro, "Rebelión en la Granja" en la década de los 40 del siglo pasado. Era un período de conflicto, la humanidad se veía inmersa en una nueva Guerra Mundial, la Segunda. Como en todas las guerras, el Ser Humano fue el único perdedor. No le fue fácil publicar la novela, ya que en ella se hacía un crítica del Sistema Comunista que imperaba en la URSS bajo el mando de Stalin. Como la Unión Soviética era Aliada de Francia, Gran Bretaña y EEUU contra Japón, Alemania e Italia, había que respetarla. Finalmente la novela vio la luz en esa Gran Bretaña en la que no importaba tanto criticar a Churchill como al poderoso gigante rojo de la hoz y el martillo.
En apenas un centenar de páginas el visionario Orwell desmonta no sólo la Dictadura soviética en una especie de "Todo para el pueblo pero sin el pueblo", si no que además los planteamientos del escritor británico quedaron retratados en sociedades posteriores e incluso en la actual. La clase dominante, los cerdos en la novela, maltrata y se aprovecha del indefenso ciudadano, los animales en el libro, para su beneficio. La propaganda, el miedo, los símbolos, las purgas, la inexistencia del libre pensamiento, la censura, la corrupción, son, entre otros muchos, aspectos que están a la orden día en la actualidad. El FMI, la UE, el BCE, la OTAN, la Junta de Andalucía o la Mancomunidad de Municipios fueron creados para mejorar las vidas de las personas. El tiempo pasa pero todo sigue igual. El ciudadano de a pie más exprimido y el rico gobernante con problemas de sobrepeso.
Orwell, Orwell, Orwell...