domingo, 15 de diciembre de 2013

Gracias por "La Cazalla de Paco"

Lo que abajo suscribo es la respuesta a la sorpresa que me dio el amigo Paco Cepeda en su blog personal dentro de la web www.muchodeporte.com, pero para poder entenderla, previamente hay que leer el artículo titulado "La Cazalla de Paco" que se encuentra en el siguiente enlace: 

http://www.muchodeporte.com/blogs/1/Titular/86/la_cazalla_de_paco

La tarde va llegando a su fin. Dresde está viendo un otoño impropio, soleado, que deja unas estampas de luz y color que agrandan las pupilas y se guardan en las retinas. 
Hoy hay Premiere en el Semperopera Ballet. Estrenan Nordic Lights. La hora señalada son las 7 de la tarde. Aquí a esa hora ya es de noche. Ha aparecido como cayendo a plomo, rápidamente. Deja todos los rincones oscuros en las eficientes y poco iluminadas ciudades alemanas. Menos el teatro que está vestido de gala para recibir a un público expectante con el estreno. Trajes de chaqueta, corbatas, tacones altos y vestidos de tirantas. Buenos portes. Público cosmopolita. Yo apenas llevo una chaqueta y camisa prestadas. También unas botas con tacón que me acerca más a la altura de los alemanes, separan mi cabeza aún más del suelo, pero que me están justas y me aprietan los piés. No puedo de dejar de mirar y admirar el escenario donde se va a llevar a cabo la representación. Barroco, decoración recargada, paredes que expresan las escenas de sus pinturas. No cabe un alfiler. 
Semperopera (Dresde, Alemania)
No entiendo muy bien algunas escenas. No entiendo qué es lo que los coreógrafos intentan que expresen los bailarines, pero me divierto mucho contemplando los movimientos, la expresividad de esos cuerpos fibrosos y musculosos, el dominio del espacio y de los tiempos...
Acaba la función. El aplauso dura, yo diría, más de 10 minutos. El público ha disfrutado y lo transmite. Los bailarines salen una y otra vez a saludar. Se hace interminable. 
Pasamos a los camerinos, a dar nuestra sincera enhorabuena a los artistas. Están contentos. Ha salido todo bien. Es hora de festejarlo. El teatro tiene preparada una fiesta, con dj y todo, para que los bailarines, familiares y amigos compartan este momento de felicidad. Tras los discursos de rigor, tomamos una Reiderberg alemana. No se parece en nada a la Cruzcampo. Vaya, ya estoy otra vez con las comparaciones con mi tierra, me digo, mientras se me escapa una sonrisa. Pero la ingeniería alemana, tan precisa en la mayoría de las ocasiones, en esta ocasión comete un error de bulto. No pone comida. Ni siquiera unas bandejas con canapés, por lo que, algunos bailarines, apenas tras apurar la primera copa de vino, quieren marcharse a cenar. Acaban de realizar un esfuerzo importante, llevando su cuerpo a una exigencia física que requiere, como Dios manda, recuperar energías. A los pocos minutos, una iniciativa promovida por los españoles que estábamos y que éramos muy numerosos se ve apoyada por varias personas hambrientas. Nos repartimos en varios coches y nos dirigimos a Vino Veritas, una taberna de un búlgaro que tiene una cocinera china. La globalización me digo. Nuestro grupo era de lo más variopinto. Una china, un australiano, dos biolorrusas, un americano y una americana, tres alemanes, una checa... acompañados por un donostiarra, una barcelonesa, dos murcianas, un madrileño y un cazallero, pienso, mientras vuelvo a sonreir. ¿Qué hago yo aquí metido? me pregunto. 
Entonces, intento enseñarle un video muy tierno a una bailarina embarazada, sobre una niña pequeña con su perrito, que me enviaron hace unos días por facebook. Enciendo el roaming y veo que me llegaron varios mensajes de wathsapp. Uno es de mi amigo Migue. Me invita a leer una entrada en el blog de Paco Cepeda, creo que te va a gustar, me dice. Directamente lo hago. A ver qué nos deparará la buena pluma de Cepeda. Abro la web y creo a mi alrededor un paréntesis. No oigo ni veo a nadie en ese momento. Me inserto en mi mundo, en mi Cazalla, donde me llevan las palabras de Cepeda. Cuando termino de leer, Mónica, una chica de Córdoba se percata que se me han saltado las lágrimas. ¿Pasó algo? Me pregunta. Y digo sí, mira. Lo lee y me dice siéntete orgulloso de amigos así que te aprecian. Yo también los tengo, pero desgraciadamente a muchos kilómetros de distancia. Es la triste realidad del emigrante, me digo. Luego sonrío de lo afortunado que soy de poder vivir y trabajar en mi pueblo, de poder exportar las excelencias de mi tierra y de tener los amigos que tengo.

sábado, 14 de diciembre de 2013

De Cazalla de la Sierra al Mundo

Imagen de la nueva tienda Yumiko en Berlín

Espacio, iluminación, colorido... Yumiko Takeshima abrió el pasado 7 de diciembre su nueva boutique, su tercera boutique (tras las de Nueva York y Tokio), la primera en Europa. Ha sido en Berlín, la ciudad del pirulí de Alexanderplatz, del Checkpoint Charlie donde permanece una raída y descolorida bandera roja, símbolo de la antigua Unión Soviética. La ciudad de la puerta de Brandemburgo, del muro, de la caída del muro... Cosmopolita, vanguardista. Capital. 
A buen sitio han ido a poner la era diría una abuela cazallera si viera los Mantecados de Nuestra Señora del Monte, de Trigo Hermanos, endulzando las navidades berlinesas a los clientes de la nueva boutique que miran con entusiasmo el colorido, las formas y el diseño de la tienda y de las prendas made in Cazalla de la Sierra. Mezcla de sensaciones. Objetivo conseguido. Nuevo proyecto hecho realidad. Ahora, las prendas que confeccionan las manos de los Sánchez, Félix, Sandra, Inés o Vero, de las manos de las Macus, de Begoña, de las hermanas Macías... salen también destino Berlín, además de a San Francisco, Nueva York, Sidney, Tokio, Amsterdam o París. Manos expertas, de 27 personas sucesoras de la tradición textil de décadas de Cazalla, de más de diez años ya dando puntadas a la inspiración de Yumiko plasmada luego en sus creaciones. Movimientos de bailarines captados por la mirada de la japonesa, imaginados en su mente, realidad posterior que se pega la piel. 
Un pedacito de los corazones afortunados que trabajan y viven en Cazalla de la Sierra sale dirección al mundo en forma de ropa de danza gracias a la oportunidad que un día, hace 11 años, les dieron una japonesa y un americano. Sinergia. 

martes, 10 de diciembre de 2013

Ejemplo

José Damián con Sara en el parque del Moro

La vida es un camino de rosas, con espinas, dirán unos. La vida es un regalo, dirán otros. La vida es una tómbola, como la canción de Marisol, o la vida es un "vidón". Cada uno la cuenta según le va. 
Hay personas a las que le vienen mal dadas, como a José Damián, desde el principio, desde la cuna del hospital. Una jugada del destino. Una mala jugada. Injusta siempre. Sin embargo a él ese revés le ha dado una energía, positiva, fuera de lo común. Su vitalidad es tal que constantemente la transmite a todos a su alrededor. Estar unos minutos con él, es suficiente para que te contagie su intensidad. Hace que te importen menos los problemas cotidianos, esos que a veces te llevan a la discusión, al enfado, a la tristeza... Con él al lado todo eso se olvida. Pasa a un plano secundario. Es él un canto constante a la vida. Es un Ejemplo. Vive su día a día repartiendo siempre amor y cariño por doquier, transmitiendo sus ganas de ser feliz. Estar con él te hace perdonar y pedir perdón a los semejantes, olvidar desagravios. Con él te quedas con el presente. Te transformas en presencia. Dominas tu mente... Y te hace mejor persona.
Hay quien se empeña en mirarse en el espejo de los personajes que aparecen en la tele, en las revistas, en los famosos. Es como si sus vidas fueran los ejemplos a seguir. Hay otros ejemplos, más cercanos, más reales. José Damián. Cercano, cariñoso, simpático, "cachondo", amigo. Es muy popular, por una forma de ser muy especial, alimentada siempre por sus padres Chema y Pilar. Todo el mundo lo quiere. Y es que uno recibe lo que da.  

jueves, 5 de diciembre de 2013

Luchadoras

El presente aprieta. Muchos jóvenes se acuerdan ahora de la sonrisa que dibujaban sus caras cuando las abuelas hacían referencia a la vuelta de tiempos en los que imperaba la necesidad. Aquellos en los que no había ni para lo más básico.  Los “años la jambre” como decían esas sabias abuelas de la experiencia. Locos años 20. Ruptura y vergüenza en los 30. Horror después. La réplica era que aquello ya pasó. No volverá. Ilusos. La historia se repite.
Tras años de bonanza, de locura, hoy la mayoría no vive tan alegremente. A la mayoría le cuesta llegar a fin de mes. Para la mayoría el futuro queda lejano. El presente asfixia. 
Se viven momentos de incertidumbre. Se vive entre interrogaciones. Una de ellas es qué pasará con las pensiones. Cuál será la edad. ¿Bajarán? ¿Se privatizarán? 
Dos luchadoras, dos trabajadoras de las que levantan los países, han accedido en el transcurso de este año a su más que merecida jubilación. Tras años, muchos años de trabajo, ahora, en el otoño de sus vidas, no sin cierto temor por los comentarios vertidos en los medios de comunicación, han accedido a su pensión tras tener que esperar algunos meses después de cumplir los 65. Jubilaciones ganadas a pulso. Ganadas a base de sacrificar sus vida para los demás. 
Mariquina Carmona, inquieta. Amante del conocimiento. Fija de ideas. Tras trabajar desde muy pequeña junto a su familia en la Repostería del Casino en la España de los señoritos, es madre de cinco hijas. Y cuando tuvo que pelear para darle a sus hijas una carrera universitaria, a las cinco, se embarcó con enorme valentía en un proyecto al que ha dedicado más de 15 años de su vida. Salió de su casa. Se formó y se autoempleó. Se puso de cara al público y realizó miles de ramos de rosas rojas para que fueran compartidas por enamorados. 
María del Monte Álvarez se ha llevado más de 40 años entre fogones y aceite de oliva en el Bar Los Mellis. Ha cocinado para los personajes más importantes e influyentes de este país. También para modelos, toreros, futbolistas, cantantes, actores y actrices de primer nivel nacional e internacional. Ha puesto mucho cariño en atender a los clientes de siempre, los de todos los días, los de todos los fines de semana. Cariño para que los boquerones estuvieran bien fritos. Para que el huevo de las espinacas estuviera bien cuajado. Para que la carne asada estuviera en su punto. Es madre, ahora abuela, cocinera, enfermera... 
Estas dos luchadoras tienen derecho a descansar aunque siguen trabajando en el hogar donde nunca se descansa. Son dos ejemplo de muchas mujeres, de muchas personas a las que no se les puede privatizar, no se les puede privar de un derecho adquirido tras años de constante esfuerzo. 
Ha llegado el momento de pasear, de contar anécdotas, de asistir a la gimnasia de mantenimiento, de ejercitar la mente, de hacer excursiones, de ir al taller de risoterápia, de encarar la vejez con la satisfacción del deber cumplido. Ha llegado el momento de disfrutar del tiempo que nunca tuvieron.  

lunes, 2 de diciembre de 2013

La Confi

Era un niño bajito y regordete que era capaz de almorzar en casa y repetir almuerzo si en la casa de su tía la comida le entraba por el ojo. Disfrutaba comiendo. Ahora también disfruta con la comida y con las cosas sencillas. Por eso, cuando echa la vista atrás, a su mente acuden momentos que podían parecer cotidianos cuando era pequeño, pero que, con los años, se han convertido, precisamente por sencillos, en mágicos.
Uno de esos momentos hoy mágicos, era cuando su abuela Isabel le daba una cubeta que en su día había servido de soporte para los helados de nata que acompañaban los postres del Bar Los Mellis. Eso significaba que había que ir a la “Confi” a por harina para rebosar el pescado frito.
Sólo tenía que cruzar la calle. Los días que iba cuando Amadora había concluido su horario de venta al público, se encontraba que la puerta estaba emparejada. La atravesaba y entonces el ruido del motor de la vitrina se mezclaba con el olor dulce que se ha quedado fijado para siempre. En la penumbra permanecía unos segundos, esperando que sus pupilas se adaptaran a la oscuridad para vislumbrar ante sí bandejas de pasteles redondos, petisús, rosas… todo un tesoro para un golimbro.
Atravesaba la habitación del trinchero y del frigorífico, de donde más de una vez había visto salir carmelas rebosantes de crema.  Una sala más adentro Antonio, el Maestro,  apretujaba su manga pastelera con la que dibujaba trazos de merengue en la tarta de cumpleaños que estaba preparando. - ¡Hombre Paquillo! – decía sonriente. Mientras dejaba la manga pastelera  acompañaba al niño con la mano en el hombro hasta donde tenía la harina. Cargaba la pala un par de veces y ya estaba el cubito lleno. Quini bromeaba con el niño sobre la singularidad que los hacía diferentes. Ambos tenían los piés planos. Allí estaban también Lolo y Práxedes que después de acabar el curso estaba pasando las vacaciones de verano en Cazalla y arrimaba el hombro.
El patio al fondo, el brazo que batía el merengue, los bizcochos recién salidos del horno, crema, moldes, manos llenas de harina, bizcotelas en papel de estraza… Siempre trato familiar. Dulces recuerdos de la infancia que quedan grabados con la mejor de las tintas en los pergaminos de la memoria. 

domingo, 1 de diciembre de 2013

El brote de la semilla



Como de la semilla brota el árbol, así quiero usar esta metáfora para que broten palabras de experiencias vividas. Tras escribir en El Chorrillo, la Revista de Cazalla, El Correo de Andalucía... vuelvo a tener ganas de contar cosas y por ello quiero usar este medio independiente, sin líneas editoriales, para expresar sensaciones que no noticias. Servirá como medio de reflexión personal. Contacto de dedos y teclado, de mente con recuerdos. Vida y cuento. Letras...