martes, 10 de diciembre de 2013

Ejemplo

José Damián con Sara en el parque del Moro

La vida es un camino de rosas, con espinas, dirán unos. La vida es un regalo, dirán otros. La vida es una tómbola, como la canción de Marisol, o la vida es un "vidón". Cada uno la cuenta según le va. 
Hay personas a las que le vienen mal dadas, como a José Damián, desde el principio, desde la cuna del hospital. Una jugada del destino. Una mala jugada. Injusta siempre. Sin embargo a él ese revés le ha dado una energía, positiva, fuera de lo común. Su vitalidad es tal que constantemente la transmite a todos a su alrededor. Estar unos minutos con él, es suficiente para que te contagie su intensidad. Hace que te importen menos los problemas cotidianos, esos que a veces te llevan a la discusión, al enfado, a la tristeza... Con él al lado todo eso se olvida. Pasa a un plano secundario. Es él un canto constante a la vida. Es un Ejemplo. Vive su día a día repartiendo siempre amor y cariño por doquier, transmitiendo sus ganas de ser feliz. Estar con él te hace perdonar y pedir perdón a los semejantes, olvidar desagravios. Con él te quedas con el presente. Te transformas en presencia. Dominas tu mente... Y te hace mejor persona.
Hay quien se empeña en mirarse en el espejo de los personajes que aparecen en la tele, en las revistas, en los famosos. Es como si sus vidas fueran los ejemplos a seguir. Hay otros ejemplos, más cercanos, más reales. José Damián. Cercano, cariñoso, simpático, "cachondo", amigo. Es muy popular, por una forma de ser muy especial, alimentada siempre por sus padres Chema y Pilar. Todo el mundo lo quiere. Y es que uno recibe lo que da.  

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